domingo, 27 de octubre de 2013

¿Estás anclado en el sufrimiento? ¡Supéralo!


Todos en la vida pasamos por momentos de dolor, es inevitable sentir dolor, y es necesario para superar una situación difícilotra cosa es, cuando nos quedamos anclados en el sufrimiento,  y no somos capaces de superarlo, la consecuencia natural es que, generamos sufrimiento a las personas que nos rodean, nos metemos en un bucle sin salida.

Cuando lo estamos padeciendo, lo vemos como un mal, sin sentido alguno. Es imposible vislumbrar lo positivo que podemos sacar de él, no podemos comprender el porqué del sufrimiento.

Cuando pasamos por momentos difíciles que nos hacen sufrir, tendemos a reflexionar y profundizar sobre nuestra propia vida. Nos sentimos pequeños y vulnerables y esto nos hace ser más sensibles y comprensivos ante el sufrimiento y necesidades de los demás.

Las actitudes que podemos tener ante el sufrimiento son:

·  Rechazarlo: Tratar de evitar el dolor es adentrarnos aún más en el sufrimiento, es prolongarlo. No podemos pretender creer que, aquello que evitamos, porque nos hace sufrir, no existe. Hemos de afrontarlo cuanto antes y solucionarlo.

·  Desesperarnos. Es normal que cuando sufrimos, bien por problemas familiares, enfermedad, trabajo, pérdida de un ser querido, etc. Nos sintamos débiles y con una profunda tristeza. Es normal por tanto que protestemos, lloremos, gritemos o nos enfademos. Sin embargo, lo que no debe ocurrir es que nos desesperemos y no seamos capaces de salir de esa situación, ya que nos destruye y permite que el sufrimiento sea constante en tu vida, impidiéndote además aprender algo constructivo de todo ello.

·      Aceptarlo. Normalmente ante una mala noticia o una contrariedad que nos suponga dolor necesitamos tiempo para asimilarla y aceptarla. Si la aceptamos con serenidad y aplomo, además de solucionar los obstáculos que dependan de nosotros, nos habremos superado a nosotros mismos en situaciones que tal vez, nos creíamos incapaces de soportar.


¿Cuál eliges?

Puedes seguirme en www.artedeliderarte.es  en LíderArte facebook  en   @beatrizmolina42

¿Estás anclado en el sufrimiento? ¡Supéralo!


Todos en la vida pasamos por momentos de dolor, es inevitable sentir dolor, y es necesario para superar una situación difícil, otra cosa es, cuando nos quedamos anclados en el sufrimiento,  y no somos capaces de superarlo, la consecuencia natural es que, generamos sufrimiento a las personas que nos rodean, nos metemos en un bucle sin salida.

Cuando lo estamos padeciendo, lo vemos como un mal, sin sentido alguno. Es imposible vislumbrar lo positivo que podemos sacar de él, no podemos comprender el porqué del sufrimiento.

Cuando pasamos por momentos difíciles que nos hacen sufrir, tendemos a reflexionar y profundizar sobre nuestra propia vida. Nos sentimos pequeños y vulnerables y esto nos hace ser más sensibles y comprensivos ante el sufrimiento y necesidades de los demás.

Las actitudes que podemos tener ante el sufrimiento son:

·  Rechazarlo: Tratar de evitar el dolor es adentrarnos aún más en el sufrimiento, es prolongarlo. No podemos pretender creer que, aquello que evitamos, porque nos hace sufrir, no existe. Hemos de afrontarlo cuanto antes y solucionarlo.

·  Desesperarnos. Es normal que cuando sufrimos, bien por problemas familiares, enfermedad, trabajo, pérdida de un ser querido, etc. Nos sintamos débiles y con una profunda tristeza. Es normal por tanto que protestemos, lloremos, gritemos o nos enfademos. Sin embargo, lo que no debe ocurrir es que nos desesperemos y no seamos capaces de salir de esa situación, ya que nos destruye y permite que el sufrimiento sea constante en tu vida, impidiéndote además aprender algo constructivo de todo ello.

·      Aceptarlo. Normalmente ante una mala noticia o una contrariedad que nos suponga dolor necesitamos tiempo para asimilarla y aceptarla. Si la aceptamos con serenidad y aplomo, además de solucionar los obstáculos que dependan de nosotros, nos habremos superado a nosotros mismos en situaciones que tal vez, nos creíamos incapaces de soportar.


¿Cuál eliges?

viernes, 18 de octubre de 2013

El espejo de la vida ¿Te has asomado?

Hoy os traigo este relato que leí hace un tiempo, tengo que decir que no tengo el honor de saber quién lo escribió, aprovecho desde aquí a que, si alguien sabe su autor me lo diga, a mi me llegó muy hondo e invita a una gran reflexión, espero que os guste y ayude tanto como a mí.

En una gran empresa, un día, cuando los empleados llegaron a trabajar, encontraron en recepción un enorme letrero en el que estaba escrito: “Ayer falleció la persona que impedía tu crecimiento en esta empresa. Está invitado al velatorio”.
Al principio, todos se entristecieron por la muerte de uno de sus compañeros, aunque después comenzaron  a sentir curiosidad por saber quién era el que estaba impidiendo el crecimiento de sus compañeros en la empresa.
La agitación era tan grande, que fue necesario llamar a los de seguridad para organizar la fila de los asistentes al velatorio.
Conforme las personas iban acercándose al ataúd, la excitación aumentaba.     ¿Quién será el que estaba impidiendo mi progreso? ¡¡El pobre infeliz murió!!
Uno a uno los empleados se aproximaban al ataúd, miraban al difunto y tragaban seco. Se quedaban unos minutos en el más absoluto silencio, como si les hubieran tocado lo más profundo del alma.
Pues bien, en el fondo del ataúd había un espejo… cada uno se veía a sí mismo con el siguiente letrero: “Sólo existe una persona capaz de limitar tu crecimiento y eres TU MISMO”
Tu vida no cambia cuando: cambia tu jefe, cuando tus amigos cambian, cuando tus padres cambian, cuando tu pareja cambia.
Tu vida cambia cuando tú cambias, eres el único responsable por ella.
El mundo es como un espejo, que devuelve a cada persona el reflejo de sus propios pensamientos.

La manera como tu afrontes la vida es lo que marca la diferencia.

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domingo, 13 de octubre de 2013

¿Dónde te estás enfocando?

ENFOCARNOS EN EL PROBLEMA Y NO EN LA SOLUCIÓN.

Cuando sólo vemos problemas, nos refugiamos en ellos, muchas veces, cuando conversamos con otras personas, sólo estamos pensando en lo nuestro, porque nuestro problema siempre es mayor que el del otro, es el “Yo más”.

Lleva el problema a otro plano, céntrate en la solución, esto te dará la pauta para superarlo.

Enfocarse en las soluciones es una forma inteligente de enfrentar la vida,  igual que  no es posible ver al mismo tiempo la cara y la cruz de una moneda, tampoco es posible ver el problema y la solución al mismo tiempo,¿qué eliges ver? ¿Eres de los que ven problemas por todas partes? o ¿prefieres encontrar soluciones?
Si eliges enfocarte en las soluciones, tienes que tratar de hacer fácil el día a día, es una manera proactiva de vivir, de responsabilizarte de tus propios actos. Los problemas te paralizan interiormente, centrarte en las soluciones es lo que te moviliza.
El problema, es el síntoma que se manifiesta cuando hay un trastorno, es una evidencia de que algo no está funcionando adecuadamente, necesita una solución, una persona inteligente, tiene que detectar esta situación y considerarla como una oportunidad de mejora.
Al enfocarte en las soluciones, los problemas desaparecen y son simplemente, situaciones a resolver, para la cuales, tienes múltiples herramientas que la vida pone a tu disposición.
Si sólo ves los problemas, no encontrarás soluciones, si te enfocas en las soluciones, seguramente las encontrarás.

domingo, 6 de octubre de 2013

¿Nos limitan los prejuicios?

Lo primero a analizar es el significado de la palabra Pre-Juicio: juzgamos desde nuestro punto de vista (convencidos de que es el único y certero) a alguien, sin dar la oportunidad de argumentar su posición, ya que la realidad es como yo digo, porque es así.
Los prejuicios nos impiden ver más allá de las personas, nos limitan, perdemos muchas oportunidades de desarrollarnos. Olvídate de los prejuicios, no sirven, al menos da la oportunidad a la otra persona de argumentar, trata de comprender, a veces a quién más prejuzgamos o directamente juzgamos, es la persona que más te podría ayudar.

 “Es más fácil destruir un átomo que destruir un prejuicio”
Albert Eisntein




Cómo utilizamos los prejuicios
Un prejuicio es un arma muy poderosa, lo defendemos con uñas y dientes, cuando interactuamos con otras personas, tenemos varias maneras de utilizar nuestros prejuicios:

·       Conversaciones de juicios personales: es una de las conversaciones más frecuentes, no nos llevan a ninguna parte, nos limitamos a dar nuestra descripción de la persona en cuestión, sin abrir la mente a una comprensión y... ya está prejuzgada ¿qué necesidad tengo de escucharla si yo tengo la razón?

·       Conversaciones quejicas: son todo tipo de conversaciones que generamos normalmente, cuando tenemos un problema, en ellas culpamos a todo el mundo, excepto a nosotros mismos de lo que nos está pasando, cuántas veces decimos, la culpa es de mi jefe, es de la crisis, es de mi mujer/marido, es del vecino, la mala suerte, que se yo qué infinidad de culpables somos capaces de encontrar. Por otro lado, podemos tomar el camino opuesto, culparnos a nosotros mismos exageradamente.

Pautas para deshacerte de los prejuicios.
Eliminar los prejuicios, es una tarea difícil, para deshacerte de ellos, hay que empezar de cero, es decir, aprender a desaprender, debemos de cuestionarnos cada una de nuestras formas de actuar, abrir nuestra mente a nuevas ideas, conceptos, saber que no siempre tenemos la razón, no te limites, te estás perdiendo una inmensidad de oportunidades.

Trabaja sobre el concepto “comprender a los demás, para que te comprendan a ti”, si eres capaz de hacerlo, tienes garantizado el éxito.

Te voy a contar una experiencia personal que tuve al respecto:

Uno de mis hijos, de 14 años, se tiñó el pelo de rojo, al día siguiente teníamos previsto ir a visitar a los abuelos, pero él estaba intranquilo, me comentó: “mamá, que van a pensar los abuelos de mi” a lo que yo le contesté, lo primero que tienes que hacer es comprender a tus abuelos, son de otra generación, pueden asociar que un chico con el pelo rojo, sea que no va por el camino adecuado, aunque ellos te conocen, saben cómo eres y te quieren. Si tú eres capaz de comprender eso, ellos comprenderán que a ti te gusta llevar el pelo así y no tiene nada que ver con cómo tú eres.

Cuando llegamos a casa de los abuelos, la primera reacción de ellos fue de sorpresa, pero surgió la conversación y todos se comprendieron.

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